La calma antes de la tormenta.
Sabéis que cada cierto tiempo, se producen tempestades que sacuden tu
vida y te hacen cambiar todos tus principios, todos tus conceptos, toda
tu filosofía, en definitiva toda tu existencia.
Puede ser debido a muchas cosas o a ninguna especifica, lo único cierto es que al igual que las crisis económicas son cíclicas y que cuando te ocurren a ti, sientes como todo tu mundo se derrumba.
Todos estos cambios se han dado a lo largo de la vida de la humanidad y se seguirán dando en cada uno de nosotros queramos o no, porque es parte implícita del hecho de vivir, y es gracias a esos cambios, que la persona se hace más fuerte, madura antes y consigue superar mejor el paso de los años, tanto a nivel individual como en la vida social.
Digamos que son la causa o origen de la evolución personal.
Pero me gustaría detenerme en el momento antes, casi mágico, casi ideal, que antecede a una tormenta, es el momento en el que se respira la paz. Es ese instante que no se oye ni el canto de un pájaro en nuestro entorno.
Son apenas segundos o minutos en el que se nos permite apreciar la vida con todo su esplendor antes de dar paso al libre albedrío y fuerza de la naturaleza.
Somos personas acostumbradas a admirar las tormentas con sus rayos atronadores pero no estamos habituados a apreciar esa calma previa y valorarla en su justa medida.
Esperamos inquietos a que aparezcan los rayos, o nos ponemos a cubierto cuando vemos el cielo encapotado pero que fácil sería si simplemente disfrutáramos de la calma con la misma energía con la que vivimos la tormenta.
Alex
Puede ser debido a muchas cosas o a ninguna especifica, lo único cierto es que al igual que las crisis económicas son cíclicas y que cuando te ocurren a ti, sientes como todo tu mundo se derrumba.
Todos estos cambios se han dado a lo largo de la vida de la humanidad y se seguirán dando en cada uno de nosotros queramos o no, porque es parte implícita del hecho de vivir, y es gracias a esos cambios, que la persona se hace más fuerte, madura antes y consigue superar mejor el paso de los años, tanto a nivel individual como en la vida social.
Digamos que son la causa o origen de la evolución personal.
Pero me gustaría detenerme en el momento antes, casi mágico, casi ideal, que antecede a una tormenta, es el momento en el que se respira la paz. Es ese instante que no se oye ni el canto de un pájaro en nuestro entorno.
Son apenas segundos o minutos en el que se nos permite apreciar la vida con todo su esplendor antes de dar paso al libre albedrío y fuerza de la naturaleza.
Somos personas acostumbradas a admirar las tormentas con sus rayos atronadores pero no estamos habituados a apreciar esa calma previa y valorarla en su justa medida.
Esperamos inquietos a que aparezcan los rayos, o nos ponemos a cubierto cuando vemos el cielo encapotado pero que fácil sería si simplemente disfrutáramos de la calma con la misma energía con la que vivimos la tormenta.
Alex
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